Montblanc es un pequeña villa medieval de la provincia de Tarragona y capital de la comarca de la Conca de Barberá. Las murallas que durante siglos fueron el símbolo de villas y ciudades importantes permanecen en Montblanc tal como fueron levantadas en el siglo XIV.
Esta localidad catalana fue fundada en 1155 por Ramón Beranguer IV en la confluencia de los ríos Francolí y Anguera con el nombre de Duesaigües. Una década más tarde Alfons I la trasladó al cerro que hoy ocupa y ya con su nombre actual. Durante toda la Edad Media, Montblanc desempeñó un papel principal en la historia catalana. Fue residencia real y en sus espléndidos edificios se reunieron con frecuencia las cortes de la corona catalono-aragonesa.
En el centro de una trazado urbano claramente medieval se encuentra la Iglesia de Santa María, obra típica del gótico catalán levantada en los siglos XIV y XV. Posee una única nave, de gran amplitud, con capillas laterales entre los contrafuertes. En su interior, destaca la imagen de Santa María, tallada en madera policromada (siglo XVI) y un retablo gótico. Sobre la puerta, hay un órgano barroco.
La Plaça Major alberga edificios de interés como la Casa de la Vila y la casa dels Desclergues. En el flanco poniente y bajo unos amplios soportales se conserva la medida del grano. Al oeste de la Plaza Mayor, se halla el Palau Reial, casa gótica levantada para recibir las visitas reales en la Edad Media.
También hay que contemplar otras iglesias como la de Sant Miquel, con fachada romántica; y la de Sant Marçal, gótica y restaurada en 1973 para alojar el Museu Marés. Fuera del perímetro fortificado se hallan el església de Sant Francesc del cual sólo se conserva la iglesia; el convento y santuario de la Serra; y la iglesia de Santa Magdalena.
Además de ver las casas nobles de la Carrer Mayor y el barrio judío, el turista debe admirar las murallas. Iniciadas en 1367, cubren un perímetro de 1.500 metros, alcanzan una media de 4,20 metros de altura y tiene una anchura de 1,5 metros. Se conservan la torre dels Cinc Cantons, el portal de Bové y el portal de Santa Jordi
Por último, antes de irse de Montblanc, habrá que contemplar sus dos fuentes monumentales, su puente románico Pont Vell y su Museo Comarcal, y probar su rica repostería local con varios dulces típicos como los montblanquins y los merlets.
Foto vía Tarragona Turismo en pueblos