El Camino de Santiago y Santo Domingo de la Calzada. Un camino santo y un humilde protector de peregrinos que llegó a mediados del siglo XI hasta esta ciudad de la provincia de La Rioja. Desde entonces a esta parte, Santo Domingo de la Calzada le debe mucho a su santo y a su camino.
Cuenta la leyenda que hasta aquí llegó Santo Domingo con la idea de hacer de su casa un albergue de peregrinos. Pero, se le fue la mano de tal manera que casi rediseña la ciudad por completo. Un puente, una iglesia, una calzada… el santo no paró hasta que Dios quiso, pero la ciudad y el enorme deambular diario de peregrinos hicieron el resto.
Si hoy visitáis Santo Domingo de la Calzada la impresión y el recuerdo del camino y su santo os la llevaréis con vosotros. Porque dicen que Santo Domingo es una ciudad para el camino, y a fe que es más que verdad. Y como ciudad de importancia en su ruta hacia Compostela, hubo de hacer acopio de una catedral.
En Santo Domingo de la Calzada construyeron esta catedral en el siglo XII, aunque fue ampliada y reformada en siglos posteriores. Ofrece una mezcla de estilos apabullante, con el románico imponiéndose en la fachada, el gótico caracoleando en sus tres naves interiores, y el barroco de su torre, del siglo XVIII, cuando ya el templo tenía sus añitos, ¿verdad?.
Del interior de la catedral os destaco principalmente el mausoleo de Santo Domingo, con la estatua del santo, el retablo plateresco del altar, del siglo XVI, y un magnífico claustro gótico renacentista. Seguramente os daré un poco la tabarra en mis artículos con los claustros, porque soy un enamorado de todos los que me encuentro en mi viajar.
Pero lo que más llama la atención en el interior de esta catedral es la presencia de… un gallinero… Sí, un gallinero con un gallo y una gallina. ¿Porqué?, pues este gallinero recuerda una de tantas leyendas que corren bulliciosas por las callejuelas y plazas de Santo Domingo.
Porque, además de catedrales y gallineros, esta ciudad tiene el enorme privilegio de contar con viejas murallas, con puertas de acceso, calles medievales, casas nobiliarias, y antiguas iglesias, como la de Nuestra Señora de la Plaza o el Convento de las Bernardas.
Quién le iba a decir al bueno de Domingo que, siglos más tarde, bastantes ya, por cierto, su legado iba a permanecer aún al descubierto para turistas y lugareños. ¿Haciendo el Camino de Santiago?. Vénganse entonces a Santo Domingo de la Calzada.
Foto Vía El Empuje