Salobreña está situada a siete kilómetros de Motril y 75 de Granada. Se trata, con toda la seguridad, la población más bonita de la Costa Tropical. Esparacida sobre una colina, sus calles blancas y empinadas, de trazado sinuoso, van ascendiendo hasta alcanzar la cumbre, coronada por el castillo, que es una de las alcazabas árabes mejor conservados de toda Andalucía, y la mejor de Granada, sin duda.
Los tres barrios más tipicos de la localidad son el del Brocal, con sus bonitas fachadas y callejuelas; el del Albayzín, próximo al castillo, desde el que se observan buenas vistas desde sus casi cien metros de altitud; y el de La Fuente, con sus casas blancas y patios cuajados de flores.
Lo más interesante de Salobreña es el conjunto urbano, de sabor morisco, pero en lo alto del peñón quedan los restos muy bien conservados de la Alcazaba. Se trata de una fortaleza de origen fenicio, que sería reconstruida por romanos y árabes. No hay que perderse sus vistas y su iluminación nocturna.
Cerca de la Alcazaba, se halla la iglesia de la Virgen del Rosario. Es una iglesia de obra mudéjar del siglo XVI que fue edificada sobre los restos de una antigua mezquita.
En el Paseo Marítimo de Salobreña llama la atención el Peñón desde el cual se pueden observar unas bonitas vistas de la costa. En otros tiempos fue islote separado de la península de Selambina y se han hallado restos arqueológicos de época romana.
En Salobreña, destaca la fábrica de azúcar La Caleta. Fue construida a finales del siglo XIX y es la única fábrica de azúcar existente en Europa. Dentro de ella, existe un museo que explica todo el proceso de transformación del azúcar. También sobresale el Museo Histórico que resume la historia de Salobreña desde sus orígenes.
Por último, Salobreña presenta varias playas interesantes. Para darse un buen chapuzón, la playa de Salobreña que es extensa, pero de arena oscura y poco agradable, es, en realidad, tres playas: la del Peñón, la de la Charca y la de la Guardia. Asimismo, hay dos calas naturales: El Caletón y El Pargo.
Foto vía Viajar Despacio