Santoña es una villa que se halla en la zona oriental de Cantabria, en la comarca de Trasmiera; está situada en la bahía de su nombre, al pie del monte Buciero, y se encuentra a 48 kilómetros de Santander. Esta localidad cuenta con cuatro barrios y se ubica frente al puntal de Laredo. Históricamente fue ballenera, y actualmente sigue perdiendo fuelle su flota pesquera y manteniéndose la industria de las conservas.
El núcleo para ir de tapas en Santoña se encuentra en la plaza Andújar y sus calles adyacentes. Varios bares de copa se agrupan en torno a la calle Marqués de Robrero, plaza de San Antonio, calle Cervantes, Casimiro Iborra, calle General Salinas y calle Santander, donde está uno de los establecimientos más pintorescos, la Taberna Alberto.
En Santoña, podemos disfrutar de sus preciosas playas. La playa de San Martín, cerca del muelle, es apropiada para la práctica de deportes naúticos. Y la playa de Berria, a unos tres kilómetros, cuenta con un amplio arenal y luce la bandera azul. Por otro lado, merece la pena visitar Las Marismas, una reserva natural desde 1992 y posiblemente la zona húmeda más importante de la cornisa cantábrica.
Además, hay que admirar las construcciones religiosas. La iglesia Santa María del Puerto se construyó entre los siglos IX y XII. Presenta una puerta románica en la fachada sur y uno de los retablos más valiosos de la región. El Monasterio de Montehano, a unos cuatro kilómetros, es famoso porque en él está enterrada Bárbara de Blomberg, madre de Juan de Austria.
En cuanto a los edificios civiles, sobresalen el Palacio de los Duques de Santoña, obra neoclásica de 1873; el Instituto Manzanedo de estilo ecléctico; el palacio de Chiloeches, bella casona del siglo XVIII; y la plaza de toros, contruida en 1907 con las piedras de las antiguas murallas y baluartes.
Por último, antes de abandonar Santoña, debemos contemplar el monumento a Juan de la Cosa; los fuertes y baluartes de San Martín, San Carlos y El Mazo o Napoléon; y los faros de el Pescado y del Caballo.
Foto vía La Spain