Asomarse a la ventana de Málaga para descubrir el Mediterráneo es uno de los grandes placeres que tiene la vida del turista. O pasear por su emblemática calle Larios. Mejor dicho, por la calle del Marqués de Larios, que hay que hablar con propiedad. Málaga cantaora, como la llamara un poeta, es mucho más que cante, sol y Mediterráneo.
Fijaros si no en el Castillo de Gibralfaro que nos sirve de centinela en el horizonte de Málaga. Construido en el siglo XIV, al menos el que puede verse en la actualidad, sus torres y sus almenas sí que son una maravillosa ventana al azul intenso que duerme a los pies de la ciudad.
Desde el castillo, a muy pocos pasos, puede verse la Alcazaba de Málaga, construida en el siglo XI y los restos de lo que fue el teatro romano de la ciudad, del siglo I. Son tal vez los elementos más antiguos de Málaga. Murallas árabes, torres defensivas y varias puertas de entrada son el legado perfecto de lo que fue la vieja Málaga.
Bajando del recinto de la Alcazaba, y entrando por la Plaza de la Aduana, las callejuelas nos llevarán hasta la Catedral de Málaga, conocida popularmente como la Manquita, por no tener acabada la torre de la derecha. Se construyó entre los siglos XVI y XVIII, y presenta una mezcla de estilos entre el gótico, el renacentista y el barroco de mucho interés. De su interior me gusta la Capilla de Nuestra Señora de los Reyes, con las estatuas de los Reyes Católicos.
A partir de la catedral comienza el reducto de callejuelas y pequeñas plazas del centro histórico de Málaga. Calles que nos ofrecen lugares como el Palacio Episcopal, la Iglesia del Sagrario del siglo XVI o el Palacio de los Condes de Buenavista, que hoy alberga posiblemente el museo más visitado de la ciudad, el Museo Picasso, con más de doscientas obras del insigne artista malagueño.
Muy cerca de este último palacio se encuentra la céntrica Plaza de la Merced y su monumento al General Torrijos, además de la Iglesia de Santiago y la casa natal de Pablo Picasso. Hablando de Picasso, os aconsejaría que os acercárais a cualquiera de las oficinas de turismo de la ciudad para hacer alguna de las rutas que recuerdan al pintor. Hay muchos lugares emblemáticos en Málaga que tuvieron que ver con la infancia de Picasso.
Ya sólo nos quedaría conocer el Santuario de la Virgen de la Victoria, una de las iglesias barrocas más hermosas de Andalucía, la Iglesia de San Juan y su preciosa torre, el Museo de Artes Populares y la Iglesia del Santo Cristo de la Salud, con su cúpula del siglo XVII.
Amén de playas como la Malagueta, sin contar con la famosa Plaza de Toros del mismo nombre, y que en tantas fotografías de la ciudad aparece, Málaga, como podéis apreciar, es una ciudad con encanto. Única, genuina y universal, la Málaga cantaora…
Foto Vía Rates To Go
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