Artà es un precioso pueblo situado en la isla de Mallorca y perteneciente a la comarca de Llevant (Comunidada Autónoma de las Islas Baleares). Se halla a 70 kilómetros de Palma de Mallorca. Las edificaciones de Artà armonizan con la belleza de la costa, en muchos tramos virgen, y de su paisaje rural.
Se llega a Artá por la carretera C715. Los restos talayóticos de Ses Païsses (primer desvío a la derecha en la salidad de Artà a Capdepera, señalizado tras la estación de ferrocarril abandonada) demuestran que la zona fue objeto de ocupación humana desde hace milenios. Lo mismo que los pequeños guerreros de bronces (siglo V a II antes de Cristo) que se guardan en el Museo Regional, ubicado en la plaza del Ayuntamiento.
Hacia el año 1302, el rey Jaume II utilizó esta zona, muy agreste, como cazadero, repoblándola de jabalíes, ciervos, cabras y faisanes. Por otro lado, llama la atención el Castillo de Sant Salvador, recinto de murallas en la cima del monte al pie del cual se ubica Artà; fue construida a lo largo del siglo XIII.
En el interior del castillo se encuentra el Santuari de la Virgen de San Salvador. El templo original fue quemado en un ocasión para evitar contagios, pues fue usado como hospital de apestado en el siglo XIX. Todavía conserva una bella talla medieval de la Virgen.
Asimismo, al permanecer ajeno en gran medida al impacto del turismo Artà y sus habitantes han podido conservar intactas sus tradiciones festivas (fiestas de Sant Antoni Abat (con sus demonios y foguerons), artesanales (bordado mallorquín, artesanía de palma) y gastronómicas (panades, robiols, sobrasada).
Por último, aproximadamente a nueve kilómetros hacia el norte, se encuentra ubicada la ermita de Betlem (1806), próxima a la Colònia de Sant Pere y con espléndidas vistas de la costa. Un poco más al oeste se hallan las enigmáticas formaciones de una necrópolis talayótica: Son Real.
Foto vía Panageos