Esta ruta cubre 132 kilómetros desde Villar del Rey a Alburqueque por tierras de Extremadura. Recorre las fronteras orientales de las dos provincias que integran la comunidad extremeña, muy vinculadas, entre sí a lo largo de su historia. Tierra de dehesas, pobladas de encinas y alcornoques, muestra un paisaje de gran variedad faunística, con águilas, ciervos y jabalíes.
Se parte desde Villar del Rey, que conserva una curiosa construcción conocida como pozo de las Nieves, cuya función antigua pasaba por conservar el hielo; se halla muy cercano al embalse de la Peña del Aguila, que abastece de agua a la capital, Badajoz. Merece la pena pasear y detenerse un rato en estos parajes.
Luego, seguimos la ruta hasta llegar a Aliseda, donde se halló un magnífico ajuar funerario fenicio del siglo VII antes de Cristo. Se continúa a través de pueblos próximos a la sierra de San Pedro (la cual alberga interesantes ejemplares de caza mayor), como Herreruela, con la iglesia de la Encarnación, y Salorino, que cuenta con la iglesia de San Ildefonso.
Desde aquí se toma una desviación; una vez cruzado el Puerto de Elice, hay que adentrarse en tierras de dehesas, en dirección a San Vicente de Alcántara, conocida como la capital del corcho, cuyo término municipal s uno de los mayores focos de megalitismo en la Península Ibérica, con casi medio centenar de dólmenes de los períodos Neolítico y Calcolítico.
Luego, desde La Codosera, que cuenta con un monumental castillo y el santuario de la Virgen de Chandevilla, se recorre el último tramo de esta interesante ruta, que nos conduce finalmente a la localidad de Alburquerque, desde donde se puede realizar una preciosa excursión hasta el castillo de Azagala.
Por lo tanto, una ruta que os agradará de principio a fin. Además, podremos disfruta de la rica gastronomía extremeña.
Foto vía Casa Turismo Rural