Siempre me gustaron esas ciudades que aún conservan como oro en paño su legado de los siglos. Pasear por sus callejuelas es como ir a lomos de la historia, visitando viejas leyendas bajo el sonido del rechinar de los caballos. Ciudad Rodrigo, en la provincia de Salamanca, es uno de esos rincones perdidos en el oasis del tiempo.
Su extensa muralla da buena prueba de las viejas historias que habrán quedado salpicadas en sus muros. Construida en el siglo XII, cuenta con más de dos kilómetros de longitud. Es una delicia subir a ella y poder disfrutar, cual eterno centinela, de las vistas que ofrecen sus miradores.
Pero, claro, si tenemos murallas, habemus castillo, ¿no?. Efectivamente, el Castillo de Ciudad Rodrigo fue construido en el siglo XIV sobre un promontorio. Aunque hoy se ha decantado totalmente por el turismo, no en vano es Parador Nacional, no ha perdido parte de su encanto, con la imponente torre del homenaje.
Corazón de Ciudad Rodrigo es su Plaza Mayor, desde donde podemos iniciar otros recorridos turísticos. Antes hay que pararse un momento en el edificio de su Ayuntamiento, del siglo XVI, y la Casa de los Cueto, de la misma época.
Las callejuelas que toman a jirones la Plaza Mayor nos llevan hasta otro de los puntos clave de Ciudad Rodrigo, su catedral. Su construcción se inicia allá por el siglo XII, en un estilo románico que poco a poco, y con el paso de los años, va dejando paso a los añadidos góticos. Sin duda que es una de las catedrales más bonitas de Castilla. Y eso ya es mucho decir…
Si no queréis hacerle una visita pormenorizada, sí os recomiendo ir a ver el Pórtico del Perdón, construido en los siglos XII y XIII, que os recordará bastante al célebre Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago de Compostela. No tiene el brillo de aquel, pero seguro que os maravilla.
Y como lugar medieval y, seguramente, residencia de viejos y altos nobles y caballeros, Ciudad Rodrigo es uno de esos rincones en donde callejear es salir al paso de casas nobiliarias y antiguos palacios. Los palacios de la Marquesa de Cartago, el de Moctezuma, el de los Castro o el de los Conde de Alba de Yeltes, son sólo algunos ejemplos notables.
Ni que decir tiene que pasar al menos un fin de semana en Ciudad Rodrigo es una más de las razones por las que perderse en este conjunto monumental. La romana Miróbriga, que más tarde se convertiría, por mor de Rodrigo González, en Civitas Roderici, es uno de esos rincones que no habría que perderse.
Foto Vía Euroresidentes
[…] Museo del Orinal se encuenta en Ciudad Rodrigo (Salamanca). Se halla en un edificio levantado en piedra del siglo XVIII, que fue parte del […]