Os propongo un apasionante paseo por Segovia (Castilla-León). La céntrica plaza de Azoguejo es el lugar óptimo para admirar el Acueducto, formidable obra de ingeniería civil romana que data de la época de los Flavios y que fue construido para conducir el agua del río Acebeba hasta la ciudad.
De sus 17 kilómetros de longitud y 166 arcos, la estampa más universal corresponde al puente de doble arquería que salva la vaguada de esta plaza, donde llega a superar los 28 metros de altura. En los últimos años, a causa de la erosión y la contimanción del tráfico rodado que pasaba por bajo sus arcos se ha desviado el tráfico y se ha acometido una cuidadosa tarea de limpieza y consolidación.
Tomando la calle Real salen nobles torres y palacetes, como la emblemática Casa de los Picos, forrada en su totalidad por graníticos sillares tallados en punta de diamante. Tras la plaza Mayor, se llega hasta el templo catedralicio, en el punto más alto de la ciudad.
Esta catedral fue la última de las catedrales góticas en España. Su belleza, la delicadeza de sus proporcionse y su luminosidad le han dado el sobrenombre de La Dama de las catedrales. A la fachad principal se abre la Puerta del Perdón. En su interior destacan el retablo mayuor, las capillas y el museo catedralicio.
Un ameno paseo nos lleva hasta los jardines de Daoiz y Velarde, en las inmediaciones del imponente Alcázar, cuya gallarda silueta asoma a la confluencia del Eresma y el Calmores sobre un pétreo espolón. Hoy en día cobija el Archivo General Militar del Reino.
En el exterior del Alcázar descuella la poderosa torre de Juan II, escoltada por otras doce torrecillas en su ascenso de casi 80 metros y desde la la torre llamada de Alfonso X El Sabio escrutaba este ilustrado monarca el firmamento y los astros.
Por último, hay que recorrer la ruta de sus iglesias románicas, que tanta personalidad dan a Segovia. Están las de San Juan de los Caballeros (hoy Museo Zuloaga), la de San Martín (con su torre mudéjar y su triple atrio) y la de San Esteban (con una esbelta torre). En la periferia se alza la elegante iglesia de San Millán y en la otra orilla del Eresma el monasterio jerónimo del Parral, con iglesia moncal de estilo gótico-mudéjar.
Foto vía Segovia Pasion