El Palacio de los Condes de Bureta guarda un notable archivo de más de 14.000 documentos y el fondo más importante sobre la Guerra de la Independencia existente en España. En Bureta (Zaragoza, Aragón), el decimotercero y actual conde Mariano López-Fernández de Heredia Izquierdo dirige con su hermano Antonio este complejo turístico formado por el Palacio, casa rural, restaurante-cafetería y bodega.
Esta casa-palacio recibe una media de 7.000 visitantes al año, especialmente de Navarra, Aragón y País Vasco, si bien ahora también vienen de Francia. En este palacio, que forma parte de la Ruta de la Garnacha de la Denominación de Origen Campo de Borja, se celebran varios actos culturales e incluso bodas. Además, se quiere continuar con la catalogación y digitalización del archivo. Este lugar se puede visitar por tan sólo cinco euros y de la mano de guías especializados.
Cada estancia de la casa-palacio y cada uno de los muebles y de las piezas que lo adornan representan un regreso a la vida aristocrática de los siglos XVIII y XIX, si bien se conservan bastante elementos de épocas anteriores, como una magnífica puerta mudéjar de más de 500 años. También sobresale una sombrilla de seda natural que usó María Consolación Azlor, la condesa de Bureta, que organizó un cuerpo de mujeres para socorrer a los heridos y aprovisionar de víveres a los soldados que combatían contra el ejército francés.
Por otro lado, en la parte superior del palacio, en una galería abierta, desde la que se puede ver el Moncayo, se encontraron durante los trabajos de rehabilitación dos armas de la Guerra de la Independencia ocultas tras unas maderas. De una de las paredes cuelga el primer mapa de Aragón, que data de 1620. Por encargo de los diputados aragoneses fue hecho con proyección cónica cartográfica, por el afamado científico portugués Juan Bautista Labaña.
Por último, se pueden ver varios tapices; una mesa de nogal; la sala de música; la biblioteca; un despacho con un aparato de morse con el que uno de los condes se comunicaba con Winston Churchill; los dormitorios con sus altas camas y colchas de seda; el cuarto de baño con un armario donde se guardaban hierbas aromáticas; la cocina; y la vajilla.
Foto vía Zaragoza La Provincia