En Barcelona, existen muchos lugares dignos de conocerse. En esta ocasión, os voy a presenta dos de ellos. Así, entre las calles de Josep Anselm Clavé, Ample y el passeig de Colom surge una franja estrecha y alargada que supone el límite entre el barrio Gótico y la zona portuaria.
Se trata de un entorno en el que se mezcla el ambiente festivo de los bares y restaurantes, y el militar y el religioso, concentrados en la iglesia de la Mercé y el edificio de la Capitanía General. En la confluencia de la Rambla, el passeig Colom y el carrer de Josep Anselm Clavé se alza el robusto edificio del gobierno militar, con su entrada principal que da al Portal de la Pau.
Un poco más adelante se encuentra la placa del Duc de Medinaceli, justo en la confluencia con el carrer Nou de Sant Francesc. Entre este punto se alzaba antiguamente el hospital de peregrinos de San Nicolás, que se demolió en 1822. Veintidós años después se urbanizó la plaza. En su parte central se ve el monumento a Galcerán Marquet, que fue la primera columna de hierro que se utilizó en Barcelona como adorno.
La plaza de la Mercé se abre un poco más adelante, con el templo que guarda a la patrona de Barcelona. La iglesia fue edificada durante el siglo XII, no obstante ha sufrido varias modificaciones posteriores.
Hoy en día, la fachada presenta claros tintes barrocos debidos a Josep Mas i Dordal. Este templo acoge en su interior la preciosa talla gótica del siglo XIV que representa a la Virgen de la Mercé.
Por último, la calle de la Mercé separa este icono religioso del edificio que desde 1846 alberga las dependencias de la Capitanía General y que antiguamente fue un convento mercedario. Ambos edificios están conectados por un puente con ventanales que da un singular aspecto al entorno.
Foto vía Barcelona Movie