Una investigación asegura que el Santo Grial se encuentra en la basílica de San Isidoro de León, templo palatino de los reyes doña Sancha y Fernando I, a quien le fue ofrecido este cáliz durante el siglo XI.
Los investigadores Margarita Torres y José Miguel Ortega del Río han explicado los detalles de su investigación que defiende que el cáliz de doña Urraca, pieza sobresaliente del museo de San Isidoro de León alberga la copa con la que Jesús celebró la última cena.
Esta investigación desmuestra científicamente a través del hallazgo de una serie de documentos y de la tipología del propio cáliz de doña Urraca y su tipo de cerámica Qumra que se trata de la copa que los artesanos de Jerusalén consideraron que era la utilizada por Jesucristo.
Además, Torres ha señalado que la Copa de Cristo es solamente la parte superior del cáliz de doña Urraca, compuesta por dos mitades de cerámica unidas en el centro por una «manzana» ordenada fabricar por la misma Urraca como custodia del cáliz que quiso adornar con sus propias joyas.
Además, hay que recordar que Fernando I fue un rey muy importante con lo que los reinos árabes de la península Ibérica le enviasen objetos. Muchas de estas piezas provenían de Egipto, entre ellas una arca de plata que se adjudica a un visir del poderoso califa de la Dinastía Fatimí y en la que se considera que fue trasladado el Santo Grial.
Esta fue la razón por la que este equipo de investigación mandó a Egipto un documentalista que encotnró en una biblioteca dos pergaminos originales que explican el recorrido que recorridó el Cáliz de Cristo desde el año 400, cuando salió del Santo Sepulcro de Jerusalén donde se encontraba custodiado.
La Copa de Cristo viajó a España en el siglo XI como regalo del califa de la dinastía Fatimí, que gobernaba Egipto, al emir de Denia, quien se lo dió a Fernando I, rey de León, en 1054 para garantizar la paz de los dos reinos, según recoge la documentación hallada en estos pergaminos.
Foto vía El Norte de Castilla