Los templarios dejaron su huella en España durante un buen número de años. Así, la geografía española tiene varios rincones donde se puede ver el paso templario. En esta ocasión, os planteo una ruta templaria que se ubica entre la Sierra de Gredos y el río Tajo al noroeste de la provincia de Toledo (Castilla-La Mancha).
Empezamos, en Val del Santo Domingo, a apenas cinco kilómetros de Torrijos por la carretera N-403, se pude subir a la ermita de Santa Ana. Se levantó en el siglo XIII sobre los restos de un castillo templario, del cual se han ubicado algunas piedras a su alrededor. Además, en la antigua Caudilla, se levanta una fortaleza que algunos atribuyen a los templarios de forma errónea.
Luego, cerca al embalse de Cazalegas, la sierra de San Vicente ha sido escenario de las corredurías del Temple. En su laera sur, se halla Castillo de Bayuela, en el que destacan un toro y un berraco de los tiempos ibéricos. Al otro lado de la sierra, se alza Hinojosa de San Vicente.
A trece kilómetros se llega a la autopista A-5 y a 33 kilómetros queda el castillo de Oropesa. En realidad, no queda nada templario en este recinto del siglo XV, pero merece la pena conocerlo por la leyenda de la dama del escudo de arma del casillo que fue rehén de los musulmanes y luego entregada a los templaros a cambio de pagar su peso en oro.
A continuación, se llega a Talavera de la Reina donde apenas hay huella templaria. A 24 kilómetros, por la orilla derecha del río Tajo, se llega a Cebolla. En este pueblo hubo una casa templaria y hay una ermita, la de San Illán, donde se guardan los restos del santo y una imagen de Nuestra Señora de La Antigua.
Además, en el término municipal de Cebolla, se leventa, si bien en estado ruinoso, el castillo de Villalba de Bolobras. Tras pasar por varios propietarios, en el ocaso del siglo XII acabó en manos de los caballeros templarios. Por último, al otro lado de río Tajo, se encuentra Malpica, un lugar con marcado sabor templario.