La provincia de Cádiz es todo un paraíso para los amantes del sol, la playa y el mar. A lo largo de sus más de 260 kilómetros de costa atlántica, Cádiz ofrece toda clase de playas capaces de satisfacer a los aficionados a tomar el sol y disfrutar del descanso en familia. Pero también cuenta con playas que han hecho míticas entre los fanáticos de los deportes de viento y olas, o entre quienes gustan de la naturaleza virgen y solitaria, lejos de las aglomeraciones.
Iniciando el recorrido, desde el norte, y justo en la preciosa desembocadura del río Guadalquivir, se encuentra Sanlúcar de Barrameda, con playas abiertas y de arena fría como las de Bajo de Guía, la Jara o Las Piletas. Son muy conocidas las carreras de caballos en la playa de Sanlúcar con el Guadalquivir al fondo.
En Chipiona, uno cuenta con 16 kilómetros de playas maravillosas, bien sea la clásica playa urbana, como la de Regla, las instalaciones del complejo turístico Costa Ballena o las facilidades que ofrece el club naútico local.
En El Puerto de Santa María hay buenas playas como Valdelagrana y Fuentebravía, pero también lugares vírgenes como la enorme playa de Levante. Cádiz dispone con una excelente playa urbana, La Victoria, y otra, la Caleta, situada en los castillos de Santa Catalina y de San Sebastián.
En la vecina Chiclana se halla la Barrosa, con 8 kilómetros de arena fina y rubia. Conil de la Frontera posee kilómetros y kilómetros de playas abiertas y otras relativamente protegidas.
En Barbarte, destacan la cercana playa de Hierbabuena y la ensenada de Zahora, casi al pie de Zahara de los Atunes. Siguiendo la ruta del viento, se llega a las míticas playas de Tarifa como Bolonia, Los Lances o Punta Paloma. Todas ellas cuentan con aguas transparentes que invitan al buceo y la pesca, además de varios deportes relacionados con el mar y el viento.
Foto vía LaSpain