La provincia de Almería, en contra del tópico que la identifica como una extrema aridez, es tierra de grandes contrastes geográficos, donde coexisten playas y espacios protegidos, así como paisajes desérticos con zonas de regadío. Nuestra ruta sale de Roquetas de Mar y termina en Laujar de Andarax, a lo largo de 86 kilómetros.
Partimos desde Roquetas de Mar, modelo de la posible combinación entre tradición y atractivo turístico, pues conserva el carácter marinero de blancas casas porteñas y restos de los castillos de Santa Ana y el de los Bajos, sin perjuicio de haberse convertido en un enclave populoso.
Siguiendo la costa del mar Mediterráneo llagamos a Almerimar y más tarde a Guardias Viejas, con su bello castillo y notables baños árabes.
Después de la playa de Balerma, retomamos la N-340 en Balanegra y, bordeando la reserva natural de la alfubera de Adra (un espacio protegido con importantes poblaciones de aves acuáticas, como el ánade silbón y el pato real), llegamos a El Ejido. Se trata de un pueblo de nueva creación, que al calor del éxito de los cultivos hortícolas y de flores ornamentales ha experimentado en los últimos años una rápida expansión.
Desde aquí empezaremos el ascenso hacia la Alpujarra de Sierra Nevada por una pequeña carretera que culmina en Dalías, población del Campo del mismo nombre famosa por sus cultivos bajo plásticos.
Nuestro siguiente destino es Berja, situada en pleno valle de Gádor y de gran importancia vitivinícola. Aquí conectaremos con la carretera comarcal que conduce a Alcolea, trayecto desde el que se divisa el paisaje alpujarreño de típicos pueblos con su caserío escalonado sobre las laderas orientales al mediodía.
Finalmente, la ruta culmina en Laujar de Andarax, capital de la alpujarra almeriense, esta villa se extiende por el sector más frondoso del valle de Andarax.
Foto vía Guías másmar