El trayecto que enlaza el valle del Saja y la Montaña en Cantabria se conoce también por ruta de los foramontanos que fueron los primeros pobladores de Castilla de origen cántrabro. La ruta va desde Cabezón de la Sal a Reinosa a lo largo de 76 kilómetros, y atraviesa magníficos parejes del Parque Natural Saja-Besaya.
A cuatro kilómetros de Cabezón de la Sal, villa que curiosamente prosperó después del cierre de sus minas de sal (pues éstas provocaban el hundimiento de las viviendas), una desviación nos conduce a Ucieda, principal acceso a la notable Reserva Nacional de Caza de Saja, el conjunto cinegético más extenso de España. En ella se dan cita especies vegetales como hayas, robles y castaños, junto a una variada fauna de corzos, venados y avefrías.
De regreso a la carretera comarcal, en Ruente, se halla el singular manantial de La Fuentoña, en el centro de esta población cántabra. Una vez en Valle de Cabuérniga, cuna del naturalista Augusto González Linares, podemos degustar el contundente y sabroso cocido montañés, un plato típico de Cantabria.
Luego, el recorrido hacia el sur atraviesa pintorescas poblaciones como Terán, en donde sobresale su esbelta torre campanario, y Fresneda, cercana al cruce que permite desviarse hasta el Conjunto Histórico-Artístico de Bárcena Mayor, bella localidad cántabra donde podemos disfrutar de su rico patrimonio y su notable gastronómica.
La carretera que va de Saja a Reinosa nos sorprenderá durante casi 30 kilómetros con vistas como la obtenida en el Pozo del Amo, privilegiada atalaya desde la que se contempla una vasto paraje natural. Una vez en lo alto del puerto de Palombera, se divisan las tierras de Campoo, de camino a Reinosa, capital de la comarca y precioso final del itinerario por la antigua tierra de los foramontanos.
Foto vía Casaturismorural.com