La sierra de Ayllón se encuentra en el nordeste de Segovia (Castilla-León). El macizo de Ayllón sorprenderá al turista con sus pequeñas aldeas serranas rojas y negras, sus plazas de magnífica escenografía, su auténtica arquitectura popular, sus templos románicos rurales, sus santuarios panorámicos, sus robledales centenarios, sus fogones agradecidos, y todo ello en el silencio de unos parajes todavía poco frecuentados.
Comenzamos nuestra ruta por Riaza, bellísimo pueblo serrano, con extraordinaria plaza Mayor, en el que predominan los edificios populares de entramados de madera y las casonas blasonadas, abundando los portalones adintelados, rejas y balcones volados.
Nada más llegar a Ayllón, el turista se sorprende al acceder a la villa por el arco que le sitúa ante el bellísimo palacio gótico-isabelino de Contreras. La plaza Mayor es una de las más atractivas de Castilla, con sus recios soportales, el templo medieval de San Miguel, la casa blasonada del Concejo, la espadaña de Santa María y como fondo, en lo alto, la torre almenada de La Martina. Además, hay que ver el palacio del obispo Vellosillo, la casa del Aguila y el convento de las Concepcionistas.
Maderuelo es una villa que cuenta con dos puertas que abren su muralla a un pintoresco caserío de estrechas callejas con casonas medievales blasonadas y arquitectura popular. Asimismo, hay que detenerse en la iglesia románica de Santa María y la ermita de la Vera Cruz.
Desde Ayllón hay que desviarse por carreteras locales para llegar al yacimiento celtibérico de Tiermes, convertido en plaza fuerte hispano-romana. Un pequeño museo muestra los hallazgos arqueológicos. Retornando a Ayllón, se pasa por las solitarias aldeas de Francos y Santibáñez.
Además, hay que completar la ruta viendo las aldeas de El Negredo, Madriguera y Villacorta, tres típicos lugares serranos de construcciones populares rojizas sobre un paisaje de idénticos tonos; y también merecen destacarse los pueblos negros segovianos con sus construcciones de pizarra: El Muyo, Serracín y Becerril.
Por último, hay que deleitarse con el robledal más extenso de la provincia a partir de Becerril y hasta Cerezo de Arriba; un hayedo cerca del puerto de la Quesera; el entorno de la ermita de Hontanares; y el apacible panorama del macizo de Ayllón.
Foto vía Panageos