En Barcelona, existen muchos lugares muy bonitos. Uno de ellos es la calle del Bisbe. Por el extremo de la avenida de la Catedral se llega a la calle del Bisbe, pasando entre las dos torres de la antigua muralla romana, es decir, a través del portal del Bisbe.
A la derecha queda el palacio episcopal, o Palau del Bisbe, que junto con la Catedral, la Casa de l’Ardiaca y la Pía Almoina componen el conjunto de edificaciones vinculadas a la condición barcelonesa de sede episcopal (que se remonta a mitad del siglo IV).
El Palau del Bisbe es un edificio de exterior algo insulso. Fue erigido a partir del siglo XII junto al portal de las murallas romanas, y en su interior todavía conserva una galería románica en la planta noble, así como de diversos detalles góticos y otros elementos que forman una heterogénea mezcal de estilos.
Después de la fachada del palacio episcopal, la calle del Bisbae se ensancha para conformar una pequeña plazuela en la que puede verse una obra del escultor Josep Llimona dedicada a los mártires de la Guerra de la Independencia contra la ocupación napoléonica.
La plaza configura un rincón donde suelen tocar músicos callejeros aprovechando la sonoridad de los monumentales muros que encierran la calle. No obstante, el punto favorito por los músicos es la esquina que forman la calle del Bisbe con la calle de la Pietat, un rincón único donde se puede escuchar algunas de las mejores interpretaciones musicales en vivo de Barcelona.
El último tramo de la calle está flanqueado por los muros laterales de otros dos notables edificios: a la izquierda queda la Casa dels Canonges, y a la derecha el Palau de la Generalitat.
La Casa dels Canonges fue levantada en el siglo XIV y, si bien conserva las trazas de un palacio gótico, ha sufrido diversas transformaciones posteriores que la han convertido en un variado conjunto de estilos arquitectónicos. Fue totalmente restaurada en 1929 por el arquitecto Jeroni Martorell, y su planta superior es actualmente la residencia oficial del presidente de la Generalitat.
Por último, el elemento más vistoso y fotogénico de la calle es el puente neogótico que une este edificio con el Palau de la Generalitat, ya muy cerca de la plaza de Sant Jaume, una obra hecha en 1928 por Joan Rubió i Bellver que otorga un cierto aire veneciano a este lugar.
Foto vía Lugares Para Visitar