Vilafranca del Penedès es la capital de una de las comarcas vinícolas más importantes de Catalunya , el Alto Panadès. Así, es famosa a nivel mundial por sus vinos espumosos: el cava catalán y los vinos de la Denominación de origen Penedés, con marcas multinacionales como Bodegas Torres. Además, hay que destacar su repostería con una joya: los catànies, unos pequeños bombones de almendra y chocolate.
El núcleo antiguo de la ciudad se organiza alrededor de la plaça de Santa María, espacio al que asoma la iglesia del mismo nombre. Se trata del templo gótico del siglo XV formado por una sola nave con ábside poligonal. La cripta, del siglo XVI, posee una escultura modernista. La fachada principal del templo muestra un portada neogótica de 1905.
Frente a ella aparece el Palau Reial, construido entre los siglos XI y XII en estilo románico, pero reformado en estilo gótico durante los siglos XIV al XVI. Hoy en día, es la sede del Museu de Vilafranca que consta de cinco secciones diferentes: el Museu d’Art, el Arqueológic, el de Geología, la colección de Ornitología y el Museo del Vi.
Cerca de la plaça de Santa María están la Casa de la Vila y la Casa Macià, ésta última una bella representación de la típica casa catalana. En el espacio que conforman la plaça de la Vila y la contigua plaça de Sant Joan, se alza la iglesia de Sant Joan, pequeño templo del siglo XIV con elementos románicos y góticos.
Paralela a la calle de Sant Joan discurre una de las principales arterias de la ciudad, la Rambla de Sant Francesç, agradable paseo poblado de frondosos plátanos. En ella se halla la iglesia de Sant Francesç, de origen gótico, en cuyo claustro es posible contemplar una bella representación de lápidas góticas y romanas.
Por último, por el casco urbano se dispersan otros monumentos, como la casa Baltà, del siglo XVI, que posee una bella fachada, o el casal dels Gomà, sede de la biblioteca y el archivo. En los alrededores de la ciudad hay que ver la necrópolis de Pla dels Albats.
Foto vía Tripadvisor