Lloret de Mar es una villa marinera situada en la provincia de Girona, al sur de la Costa Brava y a 70 kilómetros de Barcelona. Cuenta con siete kilómetros de costa con calas recónditas, como Cala Canyelles, Cala Morisca o Sa Boadella y amplios arenales coo Platja de Lloret o Platja Fenals.
El Museo Obert de Lloret integra los atractivos culturales de la población y tiene su principal equipamiento en el Museu del Mar, ubicado en Can Garriga, un edificio de la época de los indianos que acoge el legado museístico relacionado con la historia marinera local, y en el que destaca una extraordinaria colección de maquetas de barcos.
De la época indiana es también el edificio del Ayuntamiento que fue inaugurado en 1872. De estilo neoclásico, las fachadas fueron enriquecidas con decoraciones de terracota.
En el casco urbano vale la pena visitar la iglesia de Sant Romá, levantada entre los años 1509 y 1522 en estilo gótico de transición al renacimiento, con retablos de pintura catalana del siglo XVI de Pere Serafí, conocido como «lo Grec», y Jaume Fontanet. Además, en la capilla del Santísimo Sacramento, existen siete grandes pinturas que representan pasajes de la Pasión Cristo.
Otro de los rincones modernistas más interesantes de Lloret de Mar es el cementerio municipal, por el que se puede pasear entre suntuosas sepulturas firmadas por arquitectas y escultores como Josep Puig i Cadafalch, Antoni M. Gallissa, Vicenc Artigas o Bonaventura Conill, y entre las que destaca el panteón de la familia Costa Macia.
No hay que abandonar Lloret de Mar sin visitar los Jardines de Santa Clotilde, situados en lo alto de un acantilado con impresionantes vistas sobre el mar. Este jardín botánico fue diseñado en 1919 por Rubió i Tudurí utilizando con gran acierto las fuertes pendientes y la accidentada orografía.
Por lo tanto, os recomiendo conocer Lloret de Mar, un lugar que lo tiene todo para pasar unas excelentes vacaciones veraniegas.
Foto vía IberViajes