Tossa de Mar está situada en la parte sur de la Costa Brava, a unos 40 kilómetros de Girona y 95 de Barcelona. Se trata de uno de los centros turísticos más importante de la costa, pero también una población que ha sabido conservar el encanto de su casco viejo.
Tanto la belleza de su parte antigua como de su entorno ha seducido a un gran número de artistas que tienen su principal representante en el pintor ruso-francés Marc Ghagall, quien definió la villa y su entorno como Paraíso Azul.
Se da el nombre de Vila Vella al casco histórico, nacido sobre el monte Guardí. Se trata de una ciudad medieval de calles estrechas, con trazado anárquico y salteadas de escalinatas para salvar los desniveles del terreno. En la parte más alta se alza el Castillo de Tossa y la antigua parroquia de Sant Martí.
Las murallas datan de los siglos XII-XIV y fueron declaradas Monumento Artístico Nacional en 1931. Su trazado se adapta a los desniveles de la colina. Destacan la Torre del Reloj y la Torre del Codolar.
Por otro lado, el Museu Municipal de Tossa de Mar se encuentra en el Palau del Battle del Sec, un edificio medieval reformado en el siglo XVIII. El museo consta de dos secciones, una arqueológica, donde destacan los mosaicos romanos, y otra dedicada a la pintura, donde la obra estrella es el cuadro «El violinista Celeste» de Marc Chagall.
La Casa del Cultura se ubica en un antiguo hospital de pobres, fundado a finales del siglo XVIII por un tossense que había hecho fortuna en América. Justo al lado está la capilla de San Miguel, con un altar barroco. También llaman la atención la Capilla de la Virgen del Socorro y varias villas romanas descubiertas en la zona como la Villa Vitalis.
Por último, Tossa de Mar nos obsequia por con varias playas que constituyen uno de los principales alicientes de la villa. Las más grandes son las de Mar Gran y Sa Palma, que además se encuentran protegidas por los islotes que cierran la bahía. Siguiendo la costa, tanto hacia el norte como el sur, se encontrarán una gran número de pequeñas calas como Cala Llorell, Cala Llevador, Cala Bona, Cala Pola y Cala Giverola.
Foto vía Viajar Despacio