Olivenza es una localidad situada en parte occidental de la provincia de Badajoz, en Extremadura. Se encuentra al este del río Guadina (este río marca la frontera con Portugal), a menos de 25 kilómetros de Badajoz y 428 de Madrid.
Su peripecia histórica a caballo entre España y Portugal, con largos períodos de pertenencia al país luso, ha dejado una huella profunda tanto en los monumentos como en los usos sociales de esta ciudad fronteriza.
Fundada por los caballeros templarios en el 1230, pasó a manos lusas en 1297. Durante) la Guerra de las Naranjas (1801) fue conquistada por las tropas españolas y se convirtió en una localidad del reino de España. Portugal no reconoce la soberanía española sobre Olivenza, pero el conflicto ha quedado casi olvidado en los últimos años .
En la plaza de Santa María, centro de la antigua ciudadela, se alza la iglesia de Santa María del Castillo, de estilo barroco portugués. Próxima a la iglesia destaca la mole del castillo, sobre el que emerge la torre del homenaje (siglo XV), construida bajo el reinado de Juan II.
Se trata de una espléndida atalaya sobre la ciudad y sus alrededores. Mide 36 metros de altura y 18 metros de lado. También sobresalen las puertas de Alconchel, de los Angeles, del Duque de Cadaval y de San Sebastián. La antigua Panadería Real, en el interior del castillo, acoge el Museo Municipal González-Santana que expone una colección etnográfica de la zona.
Frente a la puerta de los Angeles, se halla la capilla del Hospital de la Caridad (siglo XVI), decorado con una singular y rica muestra de azulejería lusa.
También llama la atención el palacio de los Duques de Cadaval, con su espléndida portada de estilo manuelino (siglo XVI); hoy es la sede del Ayuntamineto de Olivenza. Muy cerca, se alza la iglesia de Santa María Magdalena, de estilo manuelino (siglo XVII).
Por último, hay que visitar el convento de San Juan de Dios, la Santa Casa de la Misericordia, el Largo de Francisco y los passos, pequeños oratorios ubicados en diferentes rincones de la localidad. Y para terminar, hay que probar la popular técula-mécula, una torta elaborada a base de tocino de cerdo, harina, yemas almendras y otros ingredientes.
Foto vía Absolut Badajoz