Curiosa la historia que me contaron en mi pequeño hostal de La Savina, en la isla de Formentera. ¿Sabíais que durante los siglos XIV al XVII esta isla, hoy uno de los mejores destinos turísticos del Mediterráneo, estuvo deshabitada por culpa de los ataques de los piratas berberiscos?.
Pues sí, y no parece que vinieran con muchas ganas de fiesta que digamos. Formentera comenzó a poblarse nuevamente en el siglo XVIII, con la llegada de muchos ibicencos. Aún así es una preciosa isla, muy tranquila y de enormes bellezas naturales. Me encantó perderme por su carretera e ir disfrutando de sus pueblitos.
Estuve alojado en La Savina, donde se halla el puerto por el que se llega a Formentera. Por ese motivo siempre veréis mucho trasiego de gente, especialmente en verano, claro. Recuerdo que desde la ventana de mi hostal se veía el mar, el puerto, y, un poco más allá, la Punta des Borronar, con su torre de vigilancia del siglo XVIII.
Claro, después de la repoblación de ese siglo, no me extraña que, con la historia que llevaba tras de sí Formentera, se construyeran estas pequeñas almenas centinelas.
El turismo se concentra sobre todo en Sant Francesc de Formentera, capital de la isla. Aunque yo preferí la calma suave de La Savina, para que os voy a engañar. En San Francesc podéis visitar la Iglesia de San Francisco Javier, tal vez el principal atractivo monumental de la isla. Fue construida en el siglo XVIII, como casi todo lo que hay por aquí, y cuando la veáis pensaréis más bien que se trata de una fortaleza que de una iglesia.
Después de San Francesc, y tras pasar por Cap de Barbaria, con su enhiesto faro blanco sobre el acantilado, llegamos a San Ferrán de ses Roques, con su templo de finales del siglo XIX. Es una zona de bonitas playas y calas, que se pueden ver prácticamente desde la carretera que os lleva hasta El Pilar de la Mola.
En El Pilar de la Mola yo me quedo con su faro, situado a las afueras del pueblo. Desde allí no hay mejor manera para respirar el aire puro que emerge del Mediterráneo. La panorámica que se abre ante vosotros es propia de las películas. Pero claro, Formentera es que es precisamente una isla de película, un lugar donde los sueños se tornan del color de las cosas. ¿Sus calas y playas?. Ya tendremos tiempo de contaros más rincones de este paraíso…
Foto Vía Mennta
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