Betancuria es un pequeño pueblo perteneciente a la provincia de Las Palmas y situado en la costa oete de la isla de Fuerteventura (Islas Canarias). Se trata de un villa habitada por medio millar de personas, metida en un fértil valle y emplazada en el macizo de Betancuria que alcanza los 724 metros en su punto más alto.
Enjabelgada, situada en el centro oeste insular, compuesta por arracimadas casas que todavía conservan en puertas y vertanas rasgos góticos o renacentistas. Su nombre se debe al normando Juan de Bethencourt quien la fundó junto con Gadifer de la Salle en el año 1404. El valle de Betancuria fue el primer asentamiento de la isla de Fuerteventura.
Comenzamos la visita con la iglesia-catedral de Santa María de Betancuria. Sus orígenes habría que buscarlos en el siglo XV, pero aquella catedral fue arrasada por los piratas berberiscos (1691) por lo que tuvo que ser reconstruida. Hay que fijarse en los capiteles con motivos vegetales (arenisca pulida), en la portada barroca, en el magnífico balcón y en el valioso artesonado mudéjar. Además, la iglesia guarda la talla de Santa Catalina que según la tradición acompañó en el siglo XV a los conquistadores.
A renglón seguido, acudimos al convento franciscano de San Buenaventura. Sus cimientos datna de la primera mitad de 1423. Otrora fue mucho más grande. Hoy en día, destechado y arruinado sólo cuatro paredes y algún signo gótico permanecen en pie. También hay que visitr la ermita de San Diego de Alcalá. Fue restaurada en 1965 por Roberto Roldán. Según la tradición San Diego, lego del convento betancuariano del siglo XV, oró aquí.
Además, sobresale el Museo de Arte Sacro, sito en la calle Alcalde Carmelo Silvera, s/n. Conserva piezas importantes (pendón de la conquista o custodia de plata) y variada imaginerá. Asimismo, cuenta con una exposición fotográfica de los monumentos religiosos de la isla. Por último, hay que acudir al Museo Arqueológico y Etnográfico, ubicado en la calle Roberto Roldán, s/n. Luce dos cañones en la puerta y se halla cubierto por un artesonado. Destacan los restos de las culturas aborígenes (de los majos) y una cartografía mallorquina.
Foto vía Panageos