Melilla es una ciudad autónoma de España situada en el norte de África, a orillas del mar Mediterráneo, frente a la costa meridional de la península Ibérica. La antigua Rusadir de los fenicios se halla a 114 millas de Málaga y a 97 de Almería, ciudades con las que se comunica angularmente.
Melilla es una de las más bellas y soleadas urbe del litoral africano, a la que acuden, atraídos por su condición de puerto franco y ciudad histórica, miles de españoles procedentes de la Península Ibérica. En la ciudad conviven cuatro comunidades diferentes (católicos, musulmantes, hebreos e hindúes) y cada una celebra sus fiestas.
Urbanísticamente Melilla presenta dos áreas netamente diferenciadas. De un lado, la denominada Melilla Vieja o Pueblo, que acoge entre sus recintos fortificados los barrios de Medina Sidonia, Alcazaba, Mantelete y Ataque Seco.
Del otro lado, la Melilla moderna, que gravita en torno a la Avenida de Juan Carlos I y en la que se mezclan los bazares abigarrados y la arquitectura modernista. Hay que destacar que el patrimonio arquitectónico de Melilla está considerado, junto con el de Barcelona y Valencia, como uno de los mejores exponentes del estilo modernista español de principios del siglo XX.
Entre sus monumentos más representativos se halla el Acrópolis, antigua ciudadela fortificada que se encarama sobre un promontorio rocoso que domina el puerto. Integrada por murallas, cuya construcción se remonta al siglo XVI, bastiones, torres y puertas, presenta un excelente estado de conservación, ya que apenas han sufrido reformas.
Asimismo, sobresale la iglesia de la Purísima Concepción, patrona de la ciudad con altares de estilo barroco y estatuas de los siglos XVI a XVIII. También hay que visitar el Museo Municipal de Melilla, dedicado al arte y a la historia de Melilla y que tiene su sede en el baluarte de la Concepción, torre fortificada del siglo XVI.
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