El negocio del ‘shopping’ supone para España unos ingresos anuales de más de 1.100 millones de euros provenientes de turistas extracomunitarios, lo que significa un 8% del total de la facturación que se obtiene en las siete principales ciudades europeas en este sector (Londres, Madrid, Barcelona, París, Munich, Viena y Milán), según los datos del estudio ‘España, destino nº1 del shopping mundial’, llevado a cabo por Global Blue.
Así, laa causa de este bajo porcentaje reside en que España no está sabiendo orientar sus políticas hacia la captación de los turistas más rentables y de más alto valor. De este modo, el 10% de los turistas que visitan España son extracomunitarios, pero su gasto representa el 80% de la facturación de las tiendas de lujo de Madrid y de Barcelona.
Global Blue calcula que por cada euro que gasta un turista europeo, un extracomunitario gasta cuatro, aunque en el conjunto de su estancia puede llegar a gastar al menos diez veces más.
China es la nacionalidad que más compra haciendo turismo, con un 26% de la cuota mundial; luego se sitúan Rusia (17%), Indonesia (4%) o Estados Unidos de Norteamérica (4%). No obstante, la cuota de los dos primeros países se dispara si sólo miran a las siete principales ciudades europeas antes citadas. China copa el 46% de las ventas, mientras que Rusia llega al 23%.
Además, hay que destacar que aunque los visitantes asiáticos procedentes de Hong Kong, Tailandia o Indonesia hacen menos transacciones, su gasto es mucho mayor en comparación con otros turistas. Por todo ello, Asia, con China a la cabeza, es el mercado estratégico para impulsar el sector turístico español.
Por otro lado, Barcelona y Madrid, que ocupan empatadas el segundo lugar en el ‘The Globe Shopper Index’, después de Londres, registran unas cuotas de mercado nacional del 48% y del 31%, respectivamente.
Sin embargo, el crecimiento de ambas en el último año ha sido dispar, toda vez que Barcelona se ha expandido un 32%, frente el 12% de Madrid. Las causas que explican este peor comportamiento de Madrid, son la peor conectividad aérea con los competidores europeos y la falta de determinación para vender a Madrid como destino turístico. Y el problema va a más.
Foto vía Club de Español