Durango ocupa un espacio abierto en la orilla izquierda del río Ibaizabal que a su paso por Durango, recibe el caudal del río Mañaria, que atraviesa de norte a sur el municipio; y del arroyo Larrinagatxu. Situado a 30 kilómetros de Bilbao, es una población de tamaño medio, con mucha historia y situada en un magnífico emplazamiento natural una amplia vega sobre la confluencia de tres ríos.
Durango tiene la estructura de una villa tradicional vasca con una organización típicamente medieval con cuatro calles dispuestas paralelas al río: Barrenkale, Artekale, Goienkale y Kalebarria. El paso del tiempo ha dotado a Durango de un gran legado artístico, cuyos elementos más importantes se encuentran en su casco histórico.
Empezamos la visita contemplando el arco de Santa Ana, construido en el siglo XVIII, de estilo barroco y compuesto por un grueso arco de medio punto, sobre el que descansa una balaustrada de piedra. Encima, dos torretas laterales y una espadaña central con un escudo de arma imperial y un nicho. El único arco que sigue en pie, aunque reformado, de los seis que había en la muralla que rodeaba la villa.
En cuanto a los monumentos religiosos, sobresalen varios. La parroquia de Santa Ana fue construida en el siglo XV, cuenta con una planta herreriana y consta de tres naves. La iglesia de San Pedro de Tabira es según la tradición local, la más antigua de Vizcaya; se trata de una iglesia gótica de planta rectangular. La iglesia de Santa María de Uribarri se erigió en el siglo XIV con vestigios de estilos gótico y renacentista, está adosada a la Torre de Arandoño, que sirvió de base para el actual campanario.
Asimismo, hay que ver la Cruz de Kurutziaga. Fue traída de Italia en el siglo XV por un monje franciscano. Se trata de un crucero gótico de gran belleza y realismo que representa la historia de la Redención, desde el Pecado Original hasta la Pasín de Cristo.
Por último, se debe visitar el Ayuntamiento, de estilo clásico y con influencia italiana con una fachada decorada con pinturas ornamentales barrocas. Finalmente, deberíamos probar la especialidad de la zona: las alubias y los famosos chuletones, sobre todo, los de Bérriz.
Foto vía Panageos