La Ermita de La Antigua es el monumento más interesante de Zumarraga. Se trata de una cita ineludible para el viajero que pasa por Guipúzcoa (País Vasco). Sobresale por ser un excelente ejemplo de arquitectura religiosa.
Este templo religioso se halla situado en lo alto de una montaña a pocos kilómetros del centro de la localidad. Ha sido calificada como la catedral de las capillas. El templo es sencillo, de una sola nave y de un aspecto totalmente sobrio por fuera. Tan sólo destaca la portada de transición románico-gótica, tal vez de los siglos XII o XIII. Sin embargo, la sorpresa está en el interior.
Amén de las paredes maestras y la base de las columnas, el resto está realizado en madera. La entrada da paso a la parte posterior de la iglesia, con lo que el primer impacto visual es formidable; el visitante se encuentra anet un trabajo de carpintería prodigioso, con firmes vigas que se anclan en las bases de las columnas de piedra y sostienen todo el entramado del piso superior, donde está el coro y todo el esqueleto que sostiene la techumbre.
Durante siglos el fantástico trabajo de carpintería de filigranas utilitarias quedó oculto a los ojos de los files. Pero en la década de 1960 se desmontaron las cúpulas y bóvedas postizas que ocultaban el trabajo realizado por las constructores del templo.
Además de una ventana gótica y la pila bautismal de piedra, es necesario fijarse en la decoración tallada en parte del maderamen: un dragón, las citadas mujeres de ojos cerrados y también estelas y cruces gamadas que se podrían corresponder con pagano ritos célticos relacionados con los astros principales, la Luna y el Sol.
Por último, hay que recordar que la Ermita de La Antigua ha tomado relevancia turística por formar parte de la llamada Ruta de los Templos, en la que se incluyen los santuarios de Arantzazu y Loyola.
Foto vía Viga de Roble