El mar Cantábrico baña La Bahía de la Concha mirando de frente a la grandiosa ciudad de San Sebastián. Esta debe su nombre a su forma de “U” abierta y aloja dos magníficas playas, La Ondarreta y La playa de la Concha, ambas ideales para pasar un verano cálido y relajado.
La bahía alberga dos mil metros de playa, de los cuales más de la mitad, pertenecen a la playa que le da nombre y en medio del mar, la Isla de Santa Clara, un islote escarpado y pequeño de 48 metros de altitud. Esta isla posee un embarcadero y una playita que aunque pequeña, no le falta ningún detalle: socorrismo, duchas y hasta un bar, todo debido a la gran afluencia de personas que deciden visitar tan “cuco” lugar.
¿Cómo puedes desplazarte hasta la isla?, sin ningún problema. Existe un servicio de barcos que te llevan cada 30 minutos.
Su paseo marítimo está dividido en diferentes partes y con nombres distintos. Cerca del monte Urgull, en su zona más oriental, tenemos El Paseo Nuevo. Mientras seguimos caminando, nos encontramos con el Puerto pesquero de la ciudad y cuando alcancemos el Ayuntamiento, ya estaremos en El Paseo de La Concha. Aquí nos encontraremos con la famosa barandilla forjada en hierro y de color blanco que diseñó Juan Rafael Alday e instalada en 1910.
Ya sólo nos queda disfrutar de sus mansas aguas y de las temperaturas envidiables del Cantábrico.